El proceso de envejecimiento es un proceso de deshidratación de los tejidos. Nuestra mente muchas veces es lo único que parece no envejecer nunca, pero ahora sabemos
que el proceso de inactividad y falta de movimiento afecta directamente a nuestra actividad cerebral y también a su estructura.
Si consideramos que el cuerpo esta compuesto por varios tejidos, y hemos escuchado que estamos compuestos en su mayoría por agua, los tejidos necesitan de esta para una optima función. La fascia o aponeurosis, el tejido blanco que aparece como envoltura de nuestros músculos, tendones, grasa y órganos, cuenta con esta capacidad de transformar el agua y otros componentes de la matriz extra celular en una increíble formula para la optima función de viscoelasticidad y coordinación de todo lo que se mueve dentro de nuestro cuerpo.
La fascia se comporta como las capas internas de una naranja, iniciando justo por debajo de la piel con su primer capa, posterior la que envuelve cada gajo y por último después cada gota, así nuestros músculos están envueltos por este importante tejido. La fascia es considerada como la "cenicienta de la ciencia ortopédica". Ya que la anatomía no la consideraba como un órgano especifico, por eso actualmente hemos aprendido la importancia de su gran función. Cada vez que nos movemos "hidratamos" a nuestros tejidos; músculos, tendones, ligamentos, huesos, nervios e incluso a nuestras conexiones neuronales. Este tejido también cuenta con una gran cantidad de receptores sensoriales e incluso nos protege de forma inmunológica.
La próxima vez que te muevas, piensa que tu cuerpo es una esponja que exprime y absorbe el agua que se encuentra en tu cuerpo, y la calidad de esta agua dependerá la frecuencia con que haces ejercicio, te hidratas y la forma que te alimentas. Existen fisioterapeutas expertos en el tema de la fascia y con un una gran cantidad de soluciones terapéuticas y funcionales para enseñarte a mantener este tejido joven e hidratado.
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